El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha interpuesto una demanda contra Walgreens, una de las cadenas de farmacias más grandes del país, acusándola de dispensar recetas de sustancias controladas sin un propósito legítimo durante la última década. Según el tribunal federal del distrito norte de Illinois, los empleados de Walgreens presuntamente ignoraron señales de alarma y presionaron a los farmacéuticos para despachar medicamentos sin verificar su validez. Además, se afirma que la empresa solicitó reembolsos a programas federales de asistencia sanitaria en violación de la Ley de Reclamaciones Falsas. Walgreens ha negado las acusaciones y ha afirmado que cumplen con todas las leyes y regulaciones aplicables.
La acción legal se centra en prácticas supuestamente irresponsables relacionadas con la dispensación de opioides y otras sustancias controladas. El gobierno sostiene que Walgreens no solo permitió sino también incentivó la distribución de estas drogas peligrosas. Los fiscales argumentan que esto ocurrió a pesar de evidencias claras de irregularidades y preocupaciones expresadas por sus propios farmacéuticos. En particular, se destaca que Walgreens privó a los profesionales de información crítica necesaria para tomar decisiones informadas sobre la legitimidad de las recetas.
Según las autoridades, la cadena de farmacias habría desatendido advertencias internas y externas sobre la naturaleza sospechosa de muchas recetas. Además, se indica que Walgreens creó un ambiente laboral donde los farmacéuticos se veían obligados a procesar rápidamente grandes cantidades de recetas sin tener tiempo suficiente para revisarlas adecuadamente. Esto llevó a la emisión de millones de dosis de opioides y otras sustancias controladas que, según la denuncia, no tenían un propósito médico legítimo.
En respuesta a las acusaciones, Walgreens ha defendido su compromiso con la seguridad y el cumplimiento de las normativas. La compañía ha subrayado su papel como líder en la educación y prevención del mal uso de opioides. También ha cuestionado la base legal de la demanda, argumentando que el gobierno está intentando imponer "reglas" que no están formalmente establecidas en ninguna ley o regulación. Walgreens ha prometido defenderse vigorosamente ante los tribunales para proteger a sus farmacéuticos y aclarar las responsabilidades de las farmacias en este contexto.
Esta demanda es parte de un esfuerzo más amplio por parte de los fiscales federales para combatir la crisis de adicción y sobredosis en Estados Unidos. Las empresas farmacéuticas han sido blanco de múltiples acciones legales debido a su presunta contribución a esta crisis, que ha causado miles de muertes anuales. A medida que avanza este caso, podría tener importantes implicaciones para el sector y cómo se maneja la distribución de medicamentos controlados en el futuro.