La costa levantina de España es un paraíso para los amantes de la buena mesa, y este artículo te guía a través de una cuidada selección de diez establecimientos que garantizan una experiencia culinaria excepcional. Aquí, la frescura de los productos del mar se fusiona con la riqueza de la huerta, dando vida a platos que honran la tradición local sin renunciar a toques innovadores. Desde el encanto de los bares de mercado hasta la sofisticación de los restaurantes con estrella Michelin, cada parada en este recorrido promete una inmersión en los sabores auténticos de Castellón, Valencia, Alicante y Murcia, invitándote a explorar la gastronomía regional de una manera única y memorable.
Ubicado en Oropesa del Mar, Castellón, Puerta del Sol ofrece una experiencia gastronómica inigualable con sus impresionantes vistas a la playa de La Concha. Este restaurante, con su luminoso comedor acristalado y su acogedora terraza, es el lugar ideal para saborear una amplia variedad de arroces, disponibles exclusivamente durante el almuerzo. Desde el clásico arroz del senyoret hasta opciones con carabineros, arroz negro o paella valenciana, cada plato es un homenaje al sabor. Además, su carta incluye delicias como calamar de lonja a la andaluza, brioche de steak tartar, coquinas, cabracho a la parrilla y mejillones a la llama, complementados con mariscos frescos de las lonjas locales. Un lugar que redefine la comida junto al mar.
Visitar Valencia sin pasar por el Central Bar es perderse una parte esencial de su identidad gastronómica. Este establecimiento, concebido por el aclamado chef Ricard Camarena, ofrece un concepto vibrante de bar de mercado que se alinea perfectamente con el ritmo del Mercado Central. Abierto desde 2012, este espacio informal y asequible se ha convertido en un punto de encuentro para disfrutar de desayunos, almuerzos, comidas ligeras y aperitivos. Su cocina, a pesar de su tamaño compacto, produce maravillas como la famosa ensaladilla Ricard Camarena, cigalitas salteadas, croquetas de pollo, oreja de cerdo a la plancha, y reconfortantes guisos como el conejo al ajillo, además de una selección de bocadillos irresistibles.
Situado en el corazón de la huerta valenciana, en Meliana, Ca' Pepico es una institución culinaria con casi un siglo de historia. Fundado en 1930 como una venta y evolucionando a un restaurante de tapas y cocina tradicional en el año 2000, esta casa familiar se enorgullece de su lema "Cocina de huerta y mar". La experiencia comienza con exquisitos platos de temporada, como calamares salteados con ajos y habas, o croquetas de puchero, preludio perfecto para sus aclamados arroces. Aunque la paella valenciana tradicional, preparada por encargo, es su joya de la corona, también ofrecen otras variedades como el arroz con carabinero, de verduras, de langosta, de pato con setas o de marisco, asegurando una experiencia auténtica y memorable.
Casa Carmela es una parada obligatoria para quienes buscan la auténtica paella valenciana en un entorno idílico. Este negocio familiar, con cuatro generaciones de tradición, se ubica en una casa típica valenciana a orillas de la Playa de la Malvarrosa. Su compromiso con los productos de cercanía, muchos de ellos de su propia huerta, es la clave de su éxito. La paella valenciana, cocinada a la leña de naranjo y con ingredientes autóctonos como el garrofó de vaina y el bajocó de herradura, pollo y conejo, es su especialidad indiscutible. Es fundamental encargar la paella al hacer la reserva para asegurar esta experiencia culinaria tan demandada.
En Benicasim, Castellón, el hotel-restaurante Voramar narra una rica historia a través de sus muros, desde casa de baños y hospital militar hasta inspiración literaria y cinematográfica. Este establecimiento, enclavado en la arena de la playa, ofrece dos ambientes distintos. Un espacio informal con terraza y servicio ininterrumpido permite disfrutar de frituras de pescado, ensaladas, bocadillos y platos combinados. Por otro lado, el restaurante Amar, ubicado en la primera planta, ofrece una carta más elaborada con arroces y platos basados en productos locales, todo ello con las espectaculares vistas del Mediterráneo como telón de fondo.
Con tan solo 25 años, Vicky Sevilla abrió Arrels en el casco antiguo de Sagunto en 2017, un proyecto que rápidamente fue reconocido con una estrella Michelin. Como una de las figuras emergentes en la gastronomía española, Sevilla defiende una cocina que fusiona producto, territorio y memoria, reinterpretando las raíces valencianas con una técnica impecable, creatividad y un profundo respeto por la autenticidad de los sabores. Su propuesta se materializa en tres menús degustación, ofreciendo una experiencia culinaria que es a la vez innovadora y profundamente arraigada en la identidad local.
Aunque pueda parecer un chiringuito, El Cranc es un restaurante completo con una terraza privilegiada a orillas de la Playa de la Olla, en Altea. Su propuesta culinaria se centra en la rica tradición local, destacando platos por encargo como su afamado suquet de pescado, la fideuá de langosta o la langosta con patatas y huevos de corral. Además, su carta incluye raciones perfectas para compartir, como calamares rebozados, y una selección de arroces que prometen deleitar, como el de rape, almejas y ajo tierno, ofreciendo una auténtica experiencia costera con sabor a mar.
Nou Manolín, un referente ineludible en Alicante, fue incluso inspiración para el concepto Atelier de Joël Robuchon. Desde su apertura en 1972, este establecimiento familiar en el centro de Alicante ha consolidado su famosa barra en forma de "U" como el corazón de su propuesta, ofreciendo una experiencia gastronómica sin reservas. Aquí, los comensales pueden disfrutar de los "Swarovskis" (delicados bocadillos en pan de cristal), calamares rebozados, croquetas de jamón Joselito, ensaladilla, "pajaritos" de la huerta (cebollitas en tempura), y mariscos frescos del día, directamente de lonjas cercanas como la de Santa Pola. Además de su vibrante barra, Nou Manolín cuenta con un comedor en la primera planta que ofrece arroces, pescados a la sal y guisos, manteniendo viva la tradición culinaria familiar.
María Gómez y Adrián de Marcos, tras formarse en cocinas de renombre como Arzak y elBulli, abrieron Magoga en Cartagena en 2014. Lo que comenzó como una casa de comidas evolucionó en 2016 hacia un restaurante gastronómico galardonado con una estrella Michelin. Su cocina se basa en la materia prima de proveedores locales, reflejando la riqueza de la sierra murciana, la huerta y el Mar Menor. La oferta se compone de una carta y dos menús degustación, donde cada plato es un tributo a la excelencia del producto y la creatividad. Adrián de Marcos complementa la experiencia con una sala impecable y una impresionante bodega con 750 referencias, elevando cada visita a una celebración culinaria.
El Mosqui, un negocio familiar con siete décadas de historia en Cabo de Palos, se ha convertido en sinónimo del auténtico caldero murciano. Situado a pocos metros de la playa, este restaurante es el lugar perfecto para degustar este plato tradicional: arroz cocido en caldero con ñoras y el intenso sabor del pescado fresco del Mar Menor, como la morralla o la dorada, acompañado siempre del clásico alioli. Además de su amplio surtido de arroces, la carta de El Mosqui fusiona la tradición con toques modernos en platos como la marinera murciana, la croqueta de cangrejo azul, la ensaladilla de lubina y huevo frito, o el pulpo con gamba, huevo frito y garbanzos, garantizando una experiencia que honra el legado culinario de la región.