Un caso de posible filtración de información confidencial ha sacudido al Departamento de Defensa de Estados Unidos. Según informes de medios locales, el secretario Pete Hegseth habría compartido detalles sobre ataques militares contra los rebeldes hutíes de Yemen a través de una conversación privada en la aplicación Signal. Este incidente ha generado preocupación sobre la seguridad de la información clasificada y las prácticas de comunicación dentro del gobierno.
En enero, antes de su confirmación oficial como secretario de Defensa, Hegseth utilizó un chat denominado “Defensa / Reunión de Equipo” en su teléfono personal para divulgar horarios de vuelo de cazas destinados a atacar objetivos relacionados con la insurgencia yemení. Este grupo incluía más de una docena de personas cercanas tanto en lo personal como profesionalmente, entre ellas su hermano Phil y su abogado Tim Parlatore, quienes trabajan dentro del Departamento de Defensa. Sin embargo, no queda claro por qué estos individuos necesitaban acceso a dicha información operativa.
Más allá de su círculo laboral, también se encontraba su esposa, Jennifer Hegseth, quien no forma parte del gobierno pero fue incluida en discusiones previas con líderes internacionales durante los primeros días de su mandato. Esta decisión le valió críticas públicas debido a posibles conflictos éticos. Aunque aún no se ha determinado si todos los miembros del chat poseían autorización de seguridad adecuada, este caso ha sido objeto de investigación tras ser revelado por The New York Times y CNN.
Otro episodio similar ocurrió recientemente cuando la revista The Atlantic publicó accidentalmente contenido de un chat militar que involucraba al asesor de Seguridad Nacional Mike Waltz. A pesar de que las autoridades aseguran que no se compartieron datos sensibles, estas situaciones subrayan la importancia de establecer protocolos claros para manejar información crítica.
Este escrutinio pone en evidencia la necesidad de reforzar las políticas de comunicación gubernamental y garantizar que solo aquellos con las debidas credenciales tengan acceso a información reservada. Además, resalta la urgencia de evaluar cuidadosamente quién debe estar involucrado en discusiones estratégicas para evitar riesgos futuros.