El 1 de enero marcó el inicio de una nueva era en la prescripción médica en Argentina, con la implementación obligatoria de la receta electrónica. Este cambio, impuesto por el Ministerio de Salud, pone fin a las recetas en papel y establece nuevos requisitos para su validez. Además, se han definido excepciones para zonas con dificultades de acceso o conectividad. Por otro lado, se observan tendencias que transformarán el negocio de la salud en 2025, incluyendo la verificación de profesionales de salud y el almacenamiento virtual de recetas.
La transición hacia la receta electrónica implica un cambio significativo en cómo los medicamentos son prescritos y dispensados en Argentina. Los profesionales de la salud ahora deben utilizar plataformas digitales registradas, lo que garantiza mayor seguridad y eficiencia en el proceso. Para que una receta electrónica sea válida, debe contener información detallada del médico y paciente, así como datos esenciales del medicamento prescrito.
En detalle, las recetas electrónicas deben incluir la identificación completa del profesional de la salud, con nombre, matrícula, especialidad y domicilio. También deben incorporar el código de barras y todos los datos del paciente, incluyendo nombre, obra social, fecha de nacimiento y DNI. La descripción del medicamento debe ser precisa, indicando el nombre genérico, presentación y cantidad. Además, puede incluir el nombre comercial sugerido por el profesional. Otros elementos indispensables son el diagnóstico, la fecha de emisión y la firma digital del médico. Estos requisitos aseguran que cada receta sea única, segura y fácilmente verificable.
La adopción de la receta electrónica ha avanzado en varias provincias, pero no todas han implementado completamente este sistema. Algunas jurisdicciones aún mantienen la receta en papel bajo ciertas condiciones, mientras otras están en proceso de adaptarse al nuevo régimen. Esta transición gradual permite abordar desafíos tecnológicos y logísticos en distintas regiones del país.
Catorce provincias ya cuentan con leyes de receta electrónica, y once de ellas han adherido a la Ley Nacional. Entre estas se encuentran Catamarca, Chaco, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, Mendoza, Misiones, Salta, San Juan, Tierra del Fuego y Tucumán. Buenos Aires, CABA, Chubut y La Rioja tienen sus propias leyes provinciales. En contraste, siete jurisdicciones aún no cuentan con leyes específicas, aunque algunas están trabajando en proyectos legislativos. Las excepciones a la receta electrónica incluyen zonas de difícil acceso o con problemas de conectividad, donde la receta manuscrita seguirá siendo válida temporalmente. Además, las recetas emitidas en papel antes del 31 de diciembre de 2024 permanecen vigentes durante su período habitual. Este marco legal flexible facilita la transición hacia un sistema más moderno y eficiente en la gestión de medicamentos.