La grave situación provocada por los incendios forestales en todo el territorio nacional, con focos alarmantes en León, Ourense y Extremadura, ha puesto de manifiesto la urgencia de una acción coordinada. La discusión política se centra en la magnitud de la implicación del Gobierno central y en la necesidad de medidas innovadoras para contener la escalada de los desastres. La crítica generalizada apunta a una reacción tardía y a la adhesión a protocolos habituales, sin una adaptación adecuada a la gravedad de la emergencia.
Ante lo que se ha percibido como una falta de liderazgo por parte del Ejecutivo en la gestión de la emergencia por incendios, el Partido Popular ha decidido tomar la iniciativa. Su líder, Alberto Núñez Feijóo, ha intensificado su presencia en las zonas afectadas, presentando una serie de propuestas concretas destinadas a fortalecer la capacidad de respuesta del país. Esta estrategia busca llenar el vacío dejado por la aparente inactividad gubernamental y posicionar al PP como un actor clave en la búsqueda de soluciones para lo que ha calificado como una auténtica \"crisis nacional\".
Feijóo ha articulado varias propuestas audaces, incluyendo el despliegue del Ejército más allá de las funciones tradicionales de la Unidad Militar de Emergencias (UME). El objetivo es aprovechar las capacidades operativas y logísticas de las fuerzas armadas, como maquinaria pesada y medios de transporte, para tareas vitales como el avituallamiento, el traslado de brigadas y la asistencia a los damnificados. Además, ha instado a la utilización de equipos como excavadoras en las labores de extinción, y ha sido pionero en solicitar asistencia aérea a la Unión Europea, una petición que finalmente fue cursada por el Gobierno, resultando en el apoyo de aeronaves francesas.
Después de un período de ausencia en la primera línea, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado su participación en el comité de crisis, aunque de forma telemática. Esta situación ha sido objeto de comparaciones con la intensa actividad de Feijóo, quien ha visitado personalmente puestos de mando en León y Ourense, demostrando una cercanía con las operaciones de emergencia. Las críticas hacia el Gobierno se centran en la lentitud para solicitar apoyo internacional y en la aparente falta de coordinación con las comunidades autónomas afectadas, quienes en muchos casos se han visto obligadas a actuar de forma independiente.
Ministros como Fernando Grande-Marlaska han defendido la respuesta del Gobierno, asegurando que se han proporcionado todos los recursos solicitados por las direcciones generales de emergencias. Sin embargo, el PP insiste en la necesidad de una mayor agilidad y anticipación, advirtiendo que la situación podría empeorar en las próximas semanas debido a las condiciones climáticas y la acumulación de material combustible en los bosques. La gravedad del panorama exige, según Feijóo, \"medios extraordinarios\" que superen las capacidades actuales, reforzando la demanda de una participación más activa y coordinada del Ejército. Paralelamente, líderes autonómicos han sumado voces con propuestas para endurecer las penas contra los pirómanos y promover políticas de prevención y limpieza forestal durante todo el año, criticando las burocracias que impiden una gestión más efectiva del terreno.