Las presiones empiezan por su desafío en el Madrid, un club distinto al PSG. Mbappé mira a ambos lados y observa a jugadores que logran las Champions. La urgencia por alcanzar el trofeo se convirtió en obsesiva para su antiguo club y para él. En la pasada temporada, se vio un Mbappé hastiado y errático en su búsqueda.
Ante la volea de Glasgow, pareció un exorcismo. Inicialmente, sus comienzos también fueron difíciles. Pero Mbappé se preparó detalladamente para llegar al Madrid, incluso aprendiendo español y cuidando cada gesto y el traje de su presentación. Quiso agradar, pero dejó atrás un punto de rebeldía.
El jugador hizo todo por ser nombrado capitán, pero la renuncia repentina de Antoine Griezmann generó incertidumbre. Además, no asistir a la convocatoria anterior por estar lesionado y luego jugar con el Madrid y viajar a Suecia causó críticas. El hecho de estar en un local de ocio el día que Francia jugaba abrió una crisis en el vestuario.
Mbappé no quiere ser un caso Benzema. Necesita a la Champions y el Mundial como plataformas para liderar a su país y al Madrid.
El Madrid sigue con inquietud su evolución. La apuesta de Florentino Pérez por Mbappé recomienda precaución. Ancelotti dice que "seguramente no está a su mejor nivel". Pero el público del Bernabéu lo aplaude incluso en el fallo, sabiendo que dentro de ese jugador dubitativo está el verdadero Mbappé.
Needs a estallido que rompa el estallido. Como Zidane.