Desde el inicio, Mbappé mostró sus cualidades en el disparo que dio origen al empate blanco. Sin embargo, dos penaltis fallados y uno rechazado en tres partidos demuestran claramente la pérdida de confianza que le ha afectado. Esto no es solo una cuestión individual, sino que también se refleja en el equipo como un todo.
Ancelotti, al recomponderse el equipo con sentido de la precaución, intentó encontrar soluciones. El regreso de Tchouaméni no fue lo esperado, y su inserción condicionó la disposición del equipo, dificultando la transición ofensiva. El Madrid se vio muy largo, y los laterales, como Valverde y Fran García, no pudieron ser lo suficientemente efectivos frente a rivales como Nico Williams o Sancet.
La ausencia de Vinicius fue un factor crucial. Su capacidad para moverse y enlazar con las piezas ofensivas era incomparable. Sin él, el Madrid tuvo más dificultad en superar la presión alta del Athletic. Mbappé, en medio del tráfico, se movía mejor Rodrygo, pero ninguno podía reemplazar la presencia de Vinicius.
Además, en un momento crucial, Rodrygo pudo ser objeto de un penalti que no fue calificado correctamente. Esto mostró la incertidumbre que existía en el campo y la necesidad de tener a todos los jugadores en juego.
Después de un duro esfuerzo, el Athletic finalmente logró el gol. El mayor de los Williams lanzó un balón cargado de veneno, y Berenguer aprovechó la pasividad de las defensas blancas para empujar el balón en la red. Esto fue un golpe duro para el Madrid, que se vio estirado y cometiendo errores.
El error de Agirrezabala al medir mal la salida y golpear en la cabeza de Rüdiger ofreció una oportunidad a Mbappé, pero el portero del Athletic detuvo el lanzamiento. El francés volvió a mirar al césped, con una expresión de desilusión.
El error del Valverde en el tanto de Guruzeta llevó al Madrid a una derrota, y aunque no todo es culpa de Mbappé, su caída ha frenado al equipo en la caza del Barça. Esta caída es más que una derrota; es un miedo que atrapa al mejor futbolista del mundo y al equipo entero.
Ancelotti agitó el banquillo en busca de soluciones, pero el impacto del error se sentía en todo el equipo. El empate de Bellingham era una prueba de vida, pero era difícil aferrarse después de una derrota tan dolorosa.