La magistrada Cristina Luis, a cargo de la Instrucción 3 de Granada, ha diseñado un plan para garantizar la entrega de Daniel Arcuri, de 11 años, a su padre de forma ordenada y libre de influencias externas. El objetivo principal es evitar cualquier tipo de exposición mediática o "manipulación" del menor, buscando que este reencuentro judicial sea un proceso tranquilo y beneficioso para su desarrollo.
Para lograr una entrega sin incidentes, el juzgado ha establecido un sistema de citaciones escalonadas y confidenciales. Juana Rivas y el padre de Daniel, Francesco Arcuri, serán convocados con un desfase de media hora, debiendo llegar en vehículos privados y acceder directamente por el garaje a un punto de encuentro que solo se revelará en el último momento. Esta medida busca impedir aglomeraciones y la presencia de personas no autorizadas.
Juana Rivas deberá presentarse únicamente con su abogado, excluyendo explícitamente la presencia de cualquier otra persona, como Francisca Granados, quien en ocasiones anteriores generó situaciones de sobreexposición para el niño. Además, Daniel deberá llevar consigo sus pertenencias esenciales para el viaje a Italia, a fin de asegurar una transición sin contratiempos.
La jueza ha tomado en cuenta los incidentes ocurridos en un intento de entrega anterior, donde la presencia de familiares y la manipulación del menor resultaron en un ambiente perjudicial. Se ha subrayado la necesidad de evitar que el niño sea expuesto a los medios de comunicación o forzado a emitir declaraciones, priorizando su intimidad y bienestar psicológico.
Las autoridades judiciales españolas, en sintonía con las italianas, han dejado claro que la prioridad es que Daniel regrese con su padre en Cerdeña, reconociendo las manipulaciones previas a las que fue sometido. La 'operación jaula' es el último recurso para asegurar que la entrega se realice sin obstáculos, garantizando los derechos del padre y el futuro del menor.