En el a\u00f1o 2014, lo que inici\u00f3 como un viaje cordial entre cinco parejas de ministros a La Rioja, evolucion\u00f3 hacia un escenario de temor y sospecha en el seno del Consejo de Ministros de Mariano Rajoy. Varios miembros del gabinete, incluido el presidente, comenzaron a temer ser objeto de investigaciones por parte de Hacienda o el CNI, en lo que se percib\u00eda como una lucha interna por el poder. En este ambiente de presi\u00f3n, se filtraron casos de inspecciones fiscales a figuras pol\u00edticas, incluso al expresidente Aznar, lo que gener\u00f3 un clima de inquietud generalizada. El origen de estas tensiones parec\u00eda estar en las cr\u00edticas dirigidas a Crist\u00f3bal Montoro, apodado despectivamente 'G\u00f3lum' o 'Nosferatu' por su estricta pol\u00edtica de austeridad tras la crisis de 2011, caracterizada por aumentos impositivos y reducciones salariales que, seg\u00fan estudios, incrementaron la desigualdad social. A pesar de presentarse inicialmente como un funcionario austero que actuaba en aras del bien com\u00fan, su imagen p\u00fablica se ha visto gravemente afectada por la reciente imputaci\u00f3n judicial, que lo acusa de haber utilizado su cargo en el Ministerio de Hacienda para favorecer los intereses econ\u00f3micos de su propia firma de consultor\u00eda, Equipo Econ\u00f3mico.
La trayectoria de Montoro en el Partido Popular, desde sus humildes or\u00edgenes en Ja\u00e9n y su entrada en la pol\u00edtica bajo el auspicio de Jos\u00e9 Mar\u00eda Aznar en 1993, lo consolid\u00f3 como una figura influyente. A pesar de la confianza depositada en \u00e9l, especialmente por Rodrigo Rato, quien lo nombr\u00f3 secretario de Estado, su segunda etapa en Hacienda, bajo la presidencia de Rajoy, se vio empa\u00f1ada por controversias. Montoro abraz\u00f3 la impopularidad de su rol, compar\u00e1ndose con un m\u00e9dico que opera a coraz\u00f3n abierto, pero su gesti\u00f3n se caracteriz\u00f3 por presiones percibidas como mafiosas, dirigidas incluso a periodistas que investigaban sus conexiones empresariales. Amenazas de subir impuestos, como el IVA del libro digital, o de inspecciones fiscales, fueron supuestamente utilizadas para silenciar cr\u00edticas. Paralelamente, el gobierno de Rajoy se dividi\u00f3 en facciones, con Montoro alineado con Soraya S\u00e1enz de Santamar\u00eda frente a un grupo de ministros (los 'G-5' o 'G-8') que buscaban defender al presidente. Las acusaciones de filtraciones internas y comportamientos desleales emergieron, y algunos ministros cercanos a Rajoy, como Soria y Arias Ca\u00f1ete, se vieron envueltos en esc\u00e1ndalos fiscales, lo que aviv\u00f3 la percepci\u00f3n de que estas disputas internas estaban socavando la estabilidad del gobierno.
A pesar de las tensiones internas y las advertencias sobre las actividades de Montoro, Rajoy opt\u00f3 por mantenerlo en su puesto, priorizando la estabilidad econ\u00f3mica del pa\u00eds en un momento de grave crisis. Aunque el conflicto interno caus\u00f3 amargura entre algunos exministros, la lealtad al presidente y la necesidad de proteger la imagen del gobierno prevalecieron sobre las rencillas personales. Este episodio subraya la importancia de la \u00e9tica y la transparencia en la funci\u00f3n p\u00fablica. La confianza ciudadana en las instituciones se ve mermada cuando los responsables pol\u00edticos parecen anteponer intereses personales o partidistas al bien com\u00fan. Es fundamental que quienes ejercen el poder lo hagan con integridad, responsabilidad y dedicaci\u00f3n al servicio p\u00fablico, garantizando que sus acciones siempre busquen el beneficio de la sociedad, promoviendo la justicia y la equidad para todos.