En el ensayo previo a la gran final del certamen de Eurovisión, los 26 participantes dejaron claro su nivel de preparación y sus ambiciones artísticas. Desde exhibiciones llenas de energía hasta cambios técnicos sutiles, cada detalle fue ajustado para ofrecer un espectáculo memorable. Melody, representante de España, destacó por su seguridad escénica y una coreografía impecable, mientras que otros artistas como Kyle Alessandro y Tommy Cash también capturaron la atención con sus actuaciones vibrantes. La gala presentada por tres mujeres promete ser un evento cargado de emoción, luces deslumbrantes y fuegos artificiales.
El ambiente en Basilea estaba cargado de expectativa durante el ensayo general. Una de las figuras más llamativas fue Melody, quien mostró un dominio absoluto sobre el escenario. Con un vestuario renovado y un cambio estratégico en su rutina de baile, la artista española transmitió confianza desde el primer momento. Su interpretación vocal estuvo acompañada por movimientos precisos, incluyendo una pirueta final que dejó al público maravillado. Estos pequeños ajustes técnicos han mejorado notablemente su presencia escénica, permitiéndole brillar con mayor intensidad.
Otro momento destacado llegó con la participación de Kyle Alessandro, originario de Noruega pero con raíces españolas. Aunque ha descendido ligeramente en las apuestas recientes, su actuación sigue siendo impresionante. Durante "Lighter", un tema que evoca emociones profundas relacionadas con la pérdida de su madre, el artista combinó pasión con efectos visuales impactantes, incluidos juegos de fuego controlados que añadieron drama a su presentación.
Tommy Cash, procedente de Estonia, ofreció una actuación humorística que homenajeaba a Italia con toques satíricos. Su canción "Espresso Macchiato" ha generado controversia en ese país europeo, pero no ha disminuido su popularidad entre los eurofans. Por otro lado, Suecia apostó por una puesta en escena extravagante con "Bara Bada Bastu", una celebración musical de las tradiciones finlandesas de las saunas.
No menos interesante fue la aparición de JJ, el joven talento austriaco cuya voz operística podría escribir un capítulo histórico en el festival. Si bien Francia optó por una propuesta más sencilla centrada en la interpretación vocal de Louane, Países Bajos buscó redimirse con Claude, cuyo estilo nostálgico conectó con el público asistente.
Entre sorpresas inesperadas, Lucio Corsi de Italia rompió las reglas tocando una armónica en directo, mientras que Miriana Conte de Malta sorprendió cambiando su color de cabello. Además, Erika Vikman de Finlandia encendió al público con un desempeño arrebatador que terminó con una ovación entusiasta.
Finalmente, la noche cerró con la actuación del DJ Gabry Ponte representando a San Marino, cuya melodía contagiosa resonó en todo el St Jakobshalle. A medida que se acerca la gran final, todas las miradas estarán puestas en quién tomará el testigo del ganador anterior, Nemo, y si Céline Dion hará una aparición especial para deleitar a los fans.
Con todos estos ingredientes en juego, la edición número 69 de Eurovisión promete ser una experiencia visual y auditiva incomparable. Los detalles cuidadosamente refinados por cada artista garantizan que el público experimentará momentos únicos que quedarán grabados en la memoria colectiva del festival.