La situación política en Andalucía se vuelve más compleja ante la postura de Podemos, que ha optado por distanciarse de la formación de una nueva coalición electoral con Izquierda Unida y Sumar. Esta decisión, que podría tener repercusiones significativas en la financiación de su campaña y en su peso político en la región, parece estar ligada a una estrategia nacional más amplia del partido. A pesar de la colaboración existente en el parlamento andaluz, las fricciones emergen ante la negativa de Podemos a adherirse a los plazos y condiciones propuestos por sus potenciales aliados, lo que plantea interrogantes sobre el futuro de las alianzas de izquierda en el panorama político andaluz.
\nDesde principios de julio, la dirección de Podemos ha rechazado las invitaciones para iniciar diálogos sobre una posible alianza electoral en Andalucía. La formación argumenta que no aceptará presiones ni ultimátums en la toma de decisiones sobre pactos. Consideran que cada organización tiene sus propios ritmos y que los de Podemos se deciden internamente, sin injerencias externas. Esta postura, aunque expresada de forma oficial como una cuestión de autonomía, ha generado un distanciamiento palpable con Izquierda Unida y Sumar, a pesar de que la labor conjunta en el grupo parlamentario regional ha transcurrido con relativa estabilidad.
\nEl trasfondo de esta negativa de Podemos a unirse a una nueva confluencia electoral en Andalucía parece estar intrínsecamente relacionado con la estrategia política de la formación a nivel nacional. La dirección de Podemos, liderada por Ione Belarra, ha manifestado su intención de posicionarse como una fuerza de oposición firme al gobierno de Pedro Sánchez desde la izquierda. En este contexto, la formación insiste en la necesidad de oponerse a lo que denominan \"complicidad con el genocidio y casos de corrupción\", y hacen un llamamiento a todas las fuerzas para construir una alternativa al \"bipartidismo corrupto\". Esto sugiere que Podemos podría no estar dispuesto a concurrir en elecciones, ya sean generales o autonómicas, con partidos que actualmente forman parte del ejecutivo de Pedro Sánchez.
\nLas implicaciones de esta postura son considerables. Si Podemos decidiera presentarse en solitario en las elecciones andaluzas de 2026, enfrentaría la pérdida de las subvenciones parlamentarias destinadas a la financiación de su campaña electoral. Esto se debe a que, legalmente, Podemos no forma parte de la actual confluencia \"Por Andalucía\", y sus tres diputados en el parlamento andaluz son considerados independientes a efectos administrativos. En las elecciones de 2022, Podemos no logró registrarse a tiempo para formar parte oficial de la coalición \"Por Andalucía\", aunque sí logró incluir a sus candidatos en las listas conjuntas. Esta situación les permitió obtener representación parlamentaria, proporcionándoles una plataforma institucional, financiación y visibilidad política durante la legislatura. Sin embargo, al no ser parte legal de la confluencia, no tienen derecho directo a los fondos adelantados para la campaña, que se basan en la representación obtenida en elecciones anteriores.
\nA pesar de haber logrado una presencia significativa en el parlamento andaluz a través de la confluencia anterior, la implantación territorial de Podemos en Andalucía es notablemente menor en comparación con Izquierda Unida. Mientras que Podemos cuenta con 35 concejales en varios municipios, IU obtuvo 840 concejales y fue la fuerza más votada en 57 localidades en las elecciones municipales de 2023. Esta disparidad sugiere que Izquierda Unida podría no estar particularmente preocupada por la posible salida de Podemos de la confluencia, o por un intento de negociación de última hora para obtener una posición más ventajosa. Fuentes de la coalición han afirmado que no están dispuestos a repetir las negociaciones de última hora y desesperadas que precedieron a las elecciones de 2022.
\nLa reciente renovación de la ejecutiva de Podemos Andalucía, que puso al frente a Raquel Martínez, alineada con la dirección de Ione Belarra, refuerza la probabilidad de que la estrategia nacional del partido prevalezca en la región. Martínez ha indicado que, si bien está abierta a renovar la alianza, primero es necesario \"reforzar\" la identidad y presencia de Podemos en Andalucía. Esto sugiere un enfoque en la consolidación interna antes de comprometerse plenamente con nuevas alianzas. La posibilidad de un adelanto electoral en Andalucía presiona a todos los partidos a tener sus estructuras listas. Izquierda Unida, por su parte, tiene la intención de elegir a un candidato a la presidencia de la Junta para la confluencia lo antes posible, con el objetivo de lanzar políticamente la nueva alianza en septiembre, dejando las candidaturas provinciales para más adelante. A pesar de la apertura de IU y Sumar a la participación de Podemos, han dejado claro que no desandarán el camino ya iniciado si Podemos no se une a las decisiones tomadas hasta el momento.