El partido, que estaba marcado por un empate sin goles, se detuvo en ese momento mientras el VAR revisaba una acción para determinar la legalidad del gol del argentino Lautaro Martínez. El entrenador del Inter, Simone Inzaghi, fue el primero en pedir auxilio y los jugadores se unieron rápidamente a pedir la intervención médica.
El estadio, que sufrió la triste pérdida de su capitán Davide Astori en 2018 por una patología cardiovascular, quedó en un absoluto silencio. Los jugadores del Fiorentina, especialmente impactados, entraron en los vestuarios con lágrimas en los ojos, mientras que jugadores como Federico Dimarco o Nicolo Barella del Inter ayudaron en lo posible a las asistencias médicas para acelerar el proceso de traslado de Bove.
Esta tragedia ha puesto de manifiesto la importancia de la atención médica en los momentos cruciales y la solidaridad de los jugadores. El estadio se ha convertido en un lugar de dolor y esperanza, esperando las noticias sobre la salud del jugador.
El mundo del fútbol se ha unido en solidaridad con Bove y sus familiares, esperando una pronta recuperación. Esta es una lección importante para todos sobre la importancia de la salud y la seguridad en el deporte.