Un exjugador destacado y figura clave en la gestión previa del torneo mundial, Fernando Sanz, ha decidido tomar cartas en el asunto relacionado con la selección de sedes para el evento futbolístico más importante. En su comunicación oficial dirigida a la Federación Española de Fútbol (RFEF), expresa su disposición total para participar en cualquier investigación que busque esclarecer los detalles del proceso. Este paso surge ante versiones públicas que han cuestionado la transparencia del sistema utilizado.
El interés principal de Sanz radica en dejar constancia de su rol específico dentro del comité evaluador. Según él, su participación estuvo limitada a una reunión inicial celebrada en sus oficinas, sin involucrarse posteriormente en decisiones críticas como las puntuaciones o modificaciones de clasificaciones finales. Él atribuye estas responsabilidades directamente a María Tato, líder de la candidatura nacional. Asimismo, recalca que solo tuvo conocimiento de la segunda fase de la clasificación, donde Anoeta ocupó un lugar relevante, desconociendo por completo la primera versión donde figuraba Vigo.
En este contexto, la importancia de la verdad se eleva como un valor fundamental. La colaboración ofrecida no solo busca proteger la reputación de quienes formaron parte del proceso, sino también fortalecer la credibilidad de las instituciones deportivas involucradas. Esta actitud refleja un compromiso con la ética y la transparencia, elementos indispensables para construir confianza pública en eventos de esta magnitud. Además, otros exmiembros del equipo ejecutivo han seguido este ejemplo, uniéndose al llamado por una revisión justa y exhaustiva del procedimiento realizado.