Disney enfrenta una tormenta de críticas con su versión moderna de Blancanieves, protagonizada por Rachel Zegler, quien interpreta a una heroína empoderada y autónoma. La polémica ha surgido debido a cambios significativos en el guion y las decisiones creativas, como el uso de tecnología para representar a los siete enanitos y tensiones supuestas entre actrices sobre temas políticos. Mientras se prepara para su estreno mundial, la película intenta destacarse como un éxito comercial a pesar del debate público.
Además, figuras dentro de la industria han cuestionado ciertas elecciones, incluida la exclusión de actores reales para los papeles de los enanos. En medio de un ambiente político polarizado en Estados Unidos, donde movimientos como DEI son blanco de controversias, Disney busca equilibrar su compromiso con la innovación narrativa y sus expectativas comerciales tras una inversión de 208 millones de dólares.
En esta nueva interpretación, la clásica princesa se convierte en una figura independiente que rompe moldes tradicionales. Marc Webb, director del proyecto, explicó cómo el objetivo era adaptar la historia original al contexto actual sin perder su esencia inicial. Este enfoque pretende conectar con audiencias contemporáneas al centrarse en la evolución personal de Blancanieves más allá de un romance clásico.
El personaje principal ya no espera ser salvada ni persigue el amor romántico como meta primordial. Según declaraciones de Rachel Zegler, la Blancanieves de hoy aspira a liderazgo y autonomía. Este cambio refleja valores actuales relacionados con la igualdad de género y la autoafirmación femenina. Además, elimina elementos considerados problemáticos en versiones anteriores, como dinámicas inapropiadas entre Blancanieves y su príncipe. El director subraya que buenas historias deben transformarse con el tiempo para seguir siendo relevantes, lo que justifica este giro narrativo.
El uso de imágenes generadas por computadora para representar a los siete enanitos ha generado descontento entre actores especializados en estos roles. Personalidades como Peter Dinklage expresaron preocupaciones acerca de oportunidades perdidas para talentos específicos. Esto plantea preguntas sobre diversidad e inclusión genuinas frente a decisiones técnicas que podrían parecer contradictorias.
Paralelamente, la tensión política en EE.UU. afecta directamente a iniciativas cinematográficas como esta. Movimientos contrarios al wokismo critican abiertamente decisiones de casting basadas en identidad cultural o étnica. Antecedentes como la recepción negativa hacia la reinterpretación de "La Sirenita" ilustran riesgos financieros asociados a estas estrategias. Sin embargo, Disney apuesta fuertemente por este enfoque, confiando en que su inversión rinda frutos incluso ante posibles pérdidas en taquilla derivadas de controversias públicas. El desafío radica en encontrar un equilibrio entre innovación artística y aceptación masiva global.