En el corazón de una controversia legal que ha conmocionado al mundo del fútbol, la prestigiosa penalista Olga Tubau presentó una defensa inesperada para su cliente, Luis Rubiales. Durante un extenso informe final, Tubau desafió la narrativa predominante sobre un beso que supuestamente cambió la vida de Jenni Hermoso, destacando la complejidad del caso y cuestionando si realmente se trató de un acto criminal.
En una sala de audiencia en San Fernando de Henares, durante una sesión que duró más de una hora y media, Tubau adoptó una estrategia innovadora. En lugar de centrarse en si hubo o no consentimiento, optó por argumentar que el acto en sí no constituía un delito según el Código Penal español. "No estamos ante un acto que atente contra la libertad sexual", afirmó, sosteniendo que aunque el comportamiento fuera inapropiado, no cumplía los requisitos legales para ser considerado un delito.
Tubau también enfatizó las reacciones posteriores de la futbolista, sugiriendo que su comportamiento después del incidente no era consistente con lo esperado en casos de agresión sexual. Argumentó que las respuestas emocionales a un delito no necesitan la aprobación de terceros y que la propia Hermoso parecía buscar validación de sus compañeras en el vestuario. “Claro que ella estaba destrozada por esto”, reconoció Tubau, pero insistió en que la atención mediática había eclipsado el logro deportivo del equipo.
Por otro lado, las acusaciones particulares, representadas por Ángel Chavarría, enfatizaron la falta de consentimiento y la relación jerárquica entre Rubiales y Hermoso. Chavarría describió cómo seis segundos cambiaron la vida de su cliente, marcándola y estigmatizándola tanto en España como internacionalmente. También señaló que existieron presiones para que Hermoso minimizara el incidente, relacionando estas acciones con otras acusaciones pendientes contra Rubiales y otros funcionarios de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).
Este caso ilustra la tensión entre el derecho personal y las estructuras de poder en el deporte. Por un lado, la defensa de Tubau pone en relieve la importancia de interpretar correctamente la ley y evitar confundir el pecado con el delito. Sin embargo, las acusaciones subrayan la vulnerabilidad de las víctimas en situaciones de desequilibrio de poder. Este debate nos lleva a reflexionar sobre la necesidad de proteger a las personas en posiciones de menor poder y garantizar que sus derechos sean respetados, incluso en momentos de celebración y triunfo. El caso de Jenni Hermoso es un recordatorio de que detrás de cada noticia sensacionalista hay historias personales que merecen ser escuchadas y comprendidas.