La cocina ha sido un viaje emocional para Anna Teres, creadora de Anna Recetas Fáciles. Con solo 17 años, dejó su pueblo y comenzó a experimentar en la cocina. Ahora, con millones de seguidores a través de las redes sociales, ella ha convertido la cocina en algo mucho más grande.

Descubre cómo Anna Teres transformó la cocina de una necesidad en una pasión.

Cuando las manualidades dejaron paso a los fogones

Anna Teres comenzó como una amante de las manualidades, pero pronto la cocina ganó protagonismo. Su blog comenzó como un espacio para combinar ambas aficiones. Un día, subió un vídeo de un bizcocho que, aunque era terrible, la recordaba de dónde venía. Ahora tiene más de medio millón de reproducciones. Esto no fue casualidad, sino fruto de su curiosidad y aprendizaje constante. Tenía que familiarizarse con conceptos técnicos como el SEO y el manejo de redes sociales. "No sabía ni cómo buscar un enlace en internet", recuerda. Pero gracias a su perseverancia y el apoyo de su marido, se convirtió en una referencia en las redes sociales.

La importancia de las pequeñas cosas

Anna Teres cree firmemente en la importancia de las recetas tradicionales. Los buñuelos, las galletas de mantequilla y el pollo empanado no solo son favoritos en su hogar, sino también pilares en su contenido. Estas recetas son asequibles, rápidas y perfectas para cualquier ocasión. Su enfoque en lo práctico y lo cercano ha sido clave en su éxito. Sus seguidores la aprecian por ofrecer platos reales y accesibles. "Yo cocino para alimentar a mi familia, no para impresionar a un chef", explica. Y en esa sencillez radica gran parte de su atractivo.

Crisis, pánico escénico y síndrome del impostor

La vida como creadora de contenido no siempre es sencilla. Anna se ha enfrentado a momentos de duda y cansancio. A veces, se siente el pánico escénico al saber que lo que publica lo verán miles o millones de personas. También ha lidiado con el síndrome del impostor, pensando cómo puede alguien admirar a alguien que solo hace un guiso de patatas. Pero con el tiempo, ha aprendido a gestionar estas emociones. "Hay días en los que una sola crítica te hace cuestionarlo todo, pero entonces leo los mensajes de agradecimiento y recuerdo por qué hago esto".

El futuro de la cocina digital

A pesar de su éxito, Anna no da nada por sentado. Sabía que las redes sociales no son eternas. Pero con la irrupción de tecnologías como la inteligencia artificial, ve oportunidades para llegar a nuevas audiencias. Imagina que tus vídeos se doblen a otros idiomas con tu propia voz. Para ella, el secreto del éxito radica en la autenticidad y la dedicación. "No se trata solo de cocinar, sino de transmitir algo real. Analizo mucho por qué algo funciona o no, pero nunca busco viralidad a cualquier precio".

Trucos para aprendices de cocinero

Anna da consejos valiosos a quienes aspiran a seguir sus pasos. Asegúrate de que lo que haces te salga bien. Si no sabes cómo hacer algo, apréndelo antes de enseñarlo. Ensaya las veces que haga falta hasta que tengas claro el resultado que quieres mostrar. Cuida la calidad visual. Un trípode y una cámara decente pueden marcar la diferencia. Imagina cómo se verá desde un móvil o un ordenador y asegúrate de que la imagen sea nítida y clara. Sé crítico contigo mismo. Analiza qué funciona y qué no, tanto en tu contenido como en el de los demás. Y no tengas miedo de admitir cuando algo no ha salido bien.

¿Y si esto solo es el principio?

Mirando hacia atrás, Anna se siente orgullosa del camino recorrido. Pero también se permite soñar con lo que está por venir. A veces piensa que solo están al principio y no sabe hasta dónde puede llegar esto. Pero mientras siga disfrutando, seguirá aquí. Y con millones de personas esperando ansiosas su próxima receta, parece que su historia está todavía lejos de terminar.