En un esfuerzo conjunto entre México y Estados Unidos, la presidenta Claudia Sheinbaum ha reafirmado su compromiso con la cooperación bilateral para combatir actividades ilegales como tráfico de drogas y armas. A través del intercambio de información, ambas naciones han logrado avances significativos en operativos recientes. Estos incluyen incautaciones importantes en Arizona y Texas. La mandataria enfatizó que las acciones estadounidenses no se realizan dentro del territorio mexicano, sino bajo solicitud oficial desde México.
A pesar de rumores sobre la participación directa de agencias estadounidenses en operativos dentro de México, Sheinbaum desmintió tales afirmaciones. Subrayó que la colaboración actual consiste principalmente en proporcionar datos a las autoridades norteamericanas para actuar al otro lado de la frontera. Ejemplos recientes incluyen decomisos en Arizona y operaciones exitosas en Texas, destacando así la efectividad de esta estrategia conjunta.
La relación entre ambos países se basa en una asociación estratégica que evita cualquier intervención física extranjera en territorio nacional. En lugar de permitir la presencia de agentes estadounidenses en México, las autoridades locales comparten información clave que facilita los operativos más allá de la frontera. Este enfoque asegura soberanía mientras fortalece la seguridad regional.
El gobierno mexicano ha demostrado que puede ser un socio confiable mediante la provisión oportuna de datos verificables. Por ejemplo, gracias a este sistema de cooperación, recientemente se lograron importantes confiscaciones de sustancias ilícitas y armamento en Arizona. Además, en Texas, las autoridades estadounidenses interceptaron armas en el puerto del Río, también como resultado de esta colaboración mutua. Este tipo de resultados prácticos refuerza la confianza entre las partes involucradas, mostrando cómo la comunicación fluida puede llevar a resultados positivos sin necesidad de intervenciones directas.
Ante publicaciones que sugerían intervenciones directas de agencias estadounidenses en México, la presidenta ofreció una postura clara y precisa. Destacó que desde hace años no hay registros de participación extranjera en operativos internos. Esto incluye tanto coordinaciones formales como informales con organismos como ICE, cuyas publicaciones recientes generaron cierta confusión.
Sheinbaum explicó que aunque existen certificaciones compartidas entre instituciones como la Fiscalía General de la República (FGR) y agencias estadounidenses, estas no implican permiso para realizar actividades dentro de México. Más bien, representan un marco normativo para facilitar el flujo de información útil para ambos países. Este enfoque permite abordar problemas transfronterizos como el tráfico de armas y drogas de manera eficiente, manteniendo siempre el respeto por las leyes y soberanías nacionales. Así, la administración actual sigue promoviendo una política de apertura controlada que prioriza la seguridad común sin comprometer principios fundamentales.