Ubicado en el apacible entorno rural de Villarejo de Salvanés, en la Comunidad de Madrid, un museo singular emerge como un verdadero santuario del séptimo arte en Europa. Este enclave cultural es la materialización de la pasión y el esfuerzo incansable de Carlos Jiménez, quien a lo largo de seis décadas ha atesorado una impresionante colección que narra la evolución del cine. El museo, considerado el archivo cinematográfico más extenso del continente, ofrece a sus visitantes una inmersión didáctica en el pasado y presente de la industria, exhibiendo desde artefactos pioneros como las linternas mágicas y las primeras cámaras de los hermanos Lumière, hasta cabinas de cine completas y proyecciones de época.
La génesis de este proyecto, que evoca la nostalgia y el encanto de \"Cinema Paradiso\", se remonta a 1964, cuando el padre de Carlos, Andrés, un visionario de la época, lo introdujo en el oficio de proyeccionista. Esta experiencia temprana sentó las bases para la vasta colección de Jiménez, que incluye más de 500 proyectores, miles de carteles, y un Óscar gigante del Teatro Kodak de Los Ángeles. El museo no solo expone objetos, sino que también recrea la atmósfera de las salas de cine rurales de antaño, donde la proyección era una experiencia social y comunitaria. Carlos, que llegó a gestionar 22 salas de cine, recuerda cómo el público de los años 50 y 60 interactuaba activamente con las películas, una dinámica muy distinta a la actual. La conservación de estas piezas es fundamental para Jiménez, quien subraya que \"lo que no se preserva, se pierde\", y destaca la labor de los coleccionistas en la reconstrucción histórica.
El Museo del Cine es un testamento vivo de la dedicación y el valor de la preservación cultural. La exhaustiva labor de Carlos Jiménez, que en ocasiones le ha llevado hasta medio siglo para restaurar un solo proyector, ha permitido que este patrimonio audiovisual siga contando su historia. La calidad y autenticidad de su colección es tal que numerosos directores de cine han recurrido a él para obtener material original en sus producciones, como en las series \"Cuéntame\" y \"Acacias 38\", o películas como \"Cerrar los ojos\" y \"Mientras dure la guerra\". La capacidad de Jiménez para no solo adquirir, sino también entender y operar estos aparatos antiguos, lo convierte en una autoridad en la materia. El museo, que abre sus puertas al público con visitas guiadas, es un faro de conocimiento y un recordatorio de cómo la persistencia individual puede enriquecer el legado cultural de toda una comunidad y más allá, inspirando a las nuevas generaciones a apreciar la magia y la evolución del cine.