La Fiscalía Europea (EPPO) ha dejado clara su postura inequívoca: \"sin duda\" se involucrará en el \"caso Cerdán\" si se confirman las acusaciones de malversación que afectan a fondos de la Unión Europea. Así lo afirmó el lunes el fiscal general adjunto, Andrés Ritter, durante una sesión en el Parlamento Europeo, lo que resalta la seriedad con la que se aborda la posible desviación de recursos comunitarios.
Ritter, fiscal de origen chileno que se dirigió al Parlamento en español, respondió a una consulta directa de la eurodiputada del Partido Popular Europeo, Dolors Montserrat. Si bien evitó comentar detalles de casos abiertos, aseguró que su organismo \"intervendrá\" si existen sospechas de corrupción. Además, el fiscal adjunto lanzó una advertencia significativa: la EPPO supervisa de cerca las acciones de las autoridades nacionales, que son la primera línea de defensa contra el fraude con fondos europeos. Si estas no cumplen adecuadamente con su deber de investigación, la Fiscalía Europea no dudará en \"señalarlo\".
El proceso para la intervención de la Fiscalía Europea sigue una serie de pasos definidos. Inicialmente, la Comisión Europea recopila información sobre la posible implicación de fondos de la UE, una etapa que ya se ha iniciado en este caso. Una vez completado este análisis, la Comisión suele remitir la información a la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF). Si la OLAF detecta indicios de un delito penal, la investigación es transferida a la Fiscalía Europea, como podría suceder en el caso actualmente bajo examen del juez del Tribunal Supremo, Leopoldo Puente.
Un portavoz de la Comisión Europea ha enfatizado que la \"primera línea de defensa\" en la salvaguarda de los fondos comunitarios recae en los sistemas de control y las autoridades judiciales de los propios estados miembros. Esto implica que es el Estado miembro quien debe, en primera instancia, subsanar cualquier irregularidad y recuperar los fondos desviados. No obstante, la Comisión Europea se reserva el derecho de intervenir, recortar o recuperar los fondos si el Estado miembro no actúa de forma adecuada, lo que subraya la doble capa de supervisión en la gestión de estos recursos.
Previamente, se reveló la existencia de un contrato de Adif con una Unión Temporal de Empresas, liderada por OPR, una de las constructoras vinculadas a la trama, que estaba financiado con fondos Next Generation. Esta es una de las obras, junto con otras tres de Adif que suman más de 500 millones de euros, que el Tribunal Supremo ha señalado por posibles \"mordidas\" con dinero de la UE, activando la vigilancia de la Comisión Europea. Además, se sospecha de más proyectos en Navarra y otras regiones.