Hacer pasta choux es el primer paso importante. En una olla profunda, combinamos el agua, la mantequilla, el azúcar y la sal. Llevamos la mezcla a fuego alto hasta que comience a hervir. Luego, reducimos el fuego a medio y removemos de vez en cuando hasta que la mantequilla se derrita por completo. Apartamos la olla del fuego y añadimos toda la harina de trigo, tanto la común como la de fuerza juntas y de golpe. Revolvemos con una cuchara de madera hasta que la harina comience a integrarse a la mezcla. Luego, llevamos la olla a fuego medio otra vez y continuamos removiendo la masa sin parar hasta que se desprende con facilidad. Veremos como se va formando una bola de masa cada vez más compacta y menos húmeda. Para asegurarnos de que está lista, la tocamos con el dedo y verificamos que salga limpio. Retiramos la olla del fuego y en el centro de la bola de masa, hacemos un hueco. En este colocamos un huevo y comenzamos a batir con la cuchara de madera para integrarlo completamente a la masa. Solo hasta que veamos que el huevo se haya integrado completamente a la mezcla, agregamos el siguiente huevo y así sucesivamente con los tres restantes. Debemos conseguir una masa muy espesa, entonces en caso de que con el tercer huevo la masa ya tenga la humedad suficiente, omitimos el cuarto huevo para evitar que quede muy aguada la masa.
Después, hacemos el horneado de la pasta choux. Forramos la bandeja con papel para horno. Tomamos pequeñas porciones de la masa y formamos bolitas de aproximadamente 2 cm de diámetro por 1 cm de alto. Es importante no hacerlas más grandes porque la masa crecerá mucho y se deformará. Para formar las bolitas podemos utilizar una manga pastelera con boquilla lisa o ayudarnos con dos cucharitas. Colocamos una a una las bolitas sobre la bandeja con el papel para horno, una distanciada de la otra, ya que la masa crecerá en el horno. Cuando tengamos los profiteroles listos para hornear, cubrimos la bandeja con papel aluminio para que no se vayan a tostar demasiado. Los llevamos a hornear con calor arriba y abajo durante 20 minutos a una temperatura de 220°C. Durante los primeros 15 minutos los hornearemos con el papel aluminio y los últimos 5 minutos, los destaparemos para que doren un poco. Pasado este tiempo, los retiramos del horno y los dejamos enfriar sobre una rejilla.
Con ayuda de una batidora eléctrica, montamos la nata fría junto con el azúcar a velocidad media hasta obtener una crema suave y esponjosa. Llevamos la crema a una manga pastelera.
En una cacerola a fuego medio, ponemos el chocolate en trozos junto con la mantequilla. Vamos removiendo hasta que poco a poco ambos ingredientes se comiencen a derretir. Obtendremos mezcla de chocolate líquido.
Con un cuchillo hacemos un corte transversal a cada profiterol. Luego con la manga, los rellenamos de la nata montada. Para finalizar, con una cuchara chorreamos la salsa de chocolate sobre los profiteroles al gusto o mojamos la parte de arriba.
Además de estos deliciosos profiteroles, también puedes probar otros postres tradicionales como las magdalenas caseras o la crema catalana. Estos postres son una delicia y te harán disfrutar aún más de la cocina.