Los parones por selecciones juegan un papel crucial tanto para los jugadores internacionales como para aquellos que permanecen con sus clubes. Mientras algunos aprovechan para descansar, otros realizan entrenamientos específicos para optimizar su rendimiento. Estas pausas son esenciales para la recuperación física y mental, permitiendo a los equipos planificar estrategias a largo plazo.
Además, las decisiones sobre cómo gestionar estos periodos dependen del estado del equipo, los resultados recientes y la carga acumulada durante la temporada. Los expertos coinciden en que estos descansos bien administrados pueden marcar la diferencia en el desempeño final de los jugadores.
En ausencia de competiciones oficiales, los jugadores no convocados por sus selecciones tienen la oportunidad de realizar trabajos personalizados. En lugar de enfrentar partidos cada tres días, estos atletas pueden centrarse en aspectos técnicos y tácticos que suelen quedar relegados durante la temporada regular. Este tiempo es valioso para fortalecer áreas específicas del juego.
Durante estos períodos, los preparadores físicos diseñan programas adaptados a las necesidades individuales de cada jugador. Por ejemplo, Antoine Griezmann y Marcos Llorente participaron en ejercicios de pase junto a otros compañeros en una atmósfera relajada. Al mismo tiempo, futbolistas como Pablo Barrios realizaron actividades solitarias enfocadas en mejorar sus habilidades personales. Esta combinación de trabajo grupal e individual permite abordar diversas facetas del desarrollo deportivo.
Las decisiones sobre cómo emplear los parones varían según el contexto del equipo. Si el conjunto atraviesa una racha negativa, es probable que se opte por sesiones intensivas para evitar transmitir una imagen de pasividad. Por el contrario, tras una victoria significativa, puede ser más beneficioso otorgar días libres a los jugadores. Esta flexibilidad responde a criterios tanto deportivos como de marketing.
Desde una perspectiva psicológica, estos descansos son fundamentales para preservar la salud mental de los futbolistas. El fisioterapeuta Miguel Ángel Cordero destaca cómo estos intervalos ayudan a descongestionar la musculatura y rejuvenecer el espíritu. Sin embargo, también existe preocupación por la duración excesiva de algunos parones, que puede interrumpir el ritmo competitivo necesario. En este sentido, equilibrar el tiempo dedicado al entrenamiento y al descanso es vital para garantizar un óptimo rendimiento en las próximas semanas de competición.