En el corazón de la polémica judicial que envuelve la sorpresiva huida del expresidente catalán Carles Puigdemont, el antiguo líder de los Mossos d'Esquadra, Eduard Sallent, ha aportado su testimonio clave. Ante la magistrada que instruye el caso, Sallent reafirmó la postura oficial: no se anticipó la fuga de Puigdemont en aquella crucial jornada, una declaración que arroja luz sobre las deficiencias en la planificación de seguridad y la ausencia de una coordinación efectiva con las autoridades nacionales. Este testimonio es fundamental en la investigación que busca esclarecer el papel de varios agentes en el desenlace de aquel controvertido episodio.
En un significativo giro en la investigación sobre la precipitada salida de Carles Puigdemont de Cataluña, Eduard Sallent, quien dirigía a los Mossos d'Esquadra en aquel entonces, compareció el pasado lunes ante la jueza María Antonia Coscollola en el Juzgado de Instrucción número 24 de Barcelona. Durante una hora y media, Sallent, en calidad de testigo, ratificó el informe previamente enviado al Tribunal Supremo. Este documento oficial, elaborado por la antigua cúpula de la policía autonómica, detalla una serie de omisiones y errores en el operativo diseñado para el 8 de agosto del año pasado. La premisa errónea, según Sallent, era que Puigdemont no intentaría escapar nuevamente. El exjefe policial subrayó que no se estableció comunicación con la Policía Nacional para reforzar los controles fronterizos, ni se implementaron dispositivos de seguridad en los días previos a la aparición de Puigdemont en el acto de Junts en el Arco de Triunfo de Barcelona, justo antes de la investidura de Salvador Illa. Además, Sallent no descartó que los tres agentes de los Mossos, actualmente bajo investigación por su presunta ayuda en la fuga, pudieran haber tenido conocimiento del despliegue policial. Reveló que Puigdemont, tras su alocución, se dirigió deliberadamente a una zona con carpas para evadir la vigilancia del dron policial. El procedimiento para la elaboración del informe se inició con un borrador de la Comisaría de Información, que luego fue validado por todos los mandos. Sallent evitó a los medios de comunicación a su salida de la Ciudad de la Justicia. La investigación judicial había solicitado a los Mossos los informes de la Unidad Central de Análisis y Elaboración de Inteligencia Estratégica (UCAE) sobre los planes para la detención de Puigdemont, incluido uno del 6 de agosto de 2024. Asimismo, se pidió al Ministerio del Interior el nombre de los autores del informe de la Policía Nacional remitido al Tribunal Supremo.
Este caso nos invita a reflexionar sobre la complejidad de la seguridad en situaciones de alta tensión política y la importancia de la anticipación y la coordinación interinstitucional. La declaración de Sallent subraya cómo una evaluación errónea de la situación puede tener consecuencias trascendentales. Desde la perspectiva de un observador, este evento pone de manifiesto la delgada línea entre el deber policial y las implicaciones políticas, así como la necesidad de protocolos claros para evitar interpretaciones ambiguas que puedan comprometer la justicia. La transparencia en estos procesos es vital para fortalecer la confianza ciudadana en las instituciones.