El carpaccio es un plato básico de la cocina italiana que resolvió un problema. La condesa Amalia Nani tenía anemia y los médicos la recetaron comer carne cruda. Giuseppe Cipriani inventó una receta consistente en filetear un buen solomillo de buey en láminas finas y macerarlo en mostaza, mayonesa, salsa Worcestershire y queso parmesano. La receta no solo estaba deliciosa, sino que también la satisfacía y no la engordaba. La condesa y sus glóbulos rojos estaban muy satisfechos.
Este plato demuestra cómo la gente busca ser especial y no seguir las costumbres comunes. Cipriani mostró su creatividad al adaptar la comida a las necesidades de la condesa, y hoy el carpaccio sigue siendo un plato popular.
Hubert de Givenchy no encontró su plato preferido en el restaurante Orfila, por lo que decidió pedir que lo hicieran especialmente para él. Liz Taylor, por otro lado, podía comer pasta con tomate en cualquier osteria italiana, pero pidió que el chef del Hotel Splendido de Portofino pelara un kilo de tomates cherry. Esto muestra cómo el lujo hoy es una mezcla de desafíos y caprichos.
Givenchy sugirió al equipo del hotel incorporar su plato favorito, la crema de boletus, a la carta. Hoy, la receta ha sido reformulada con setas de los montes madrileños, demostrando cómo se adapta al tiempo y a las preferencias de las personas.
D. Alfonso XII decretó que el jueves se comía cocido en Madrid. Él tomaba su cocido en el Ritz, de tres vuelcos y servido en vajilla de plata. Hoy, el cocido madrileño sigue sirviéndose cada jueves en el Ritz, maridado con champán, tal y como le gustaba al rey. Esto es un ejemplo de cómo la comida se ha convertido en un marcador del estatus social a través de los años.
El cocido madrileño es un plato tradicional que representa la cultura y la historia de Madrid. Continúa siendo una opción popular entre los que buscan un plato auténtico y de alta calidad.
Un postre decadente y sesentero, el Orange Liqueur Soufflé, sirvió de consuelo para Carolina de Mónaco. En el hotel Vilalara Grand Hotel Algarve, encontró un refugio libre de paparazzi donde pasar el duelo por la muerte de Pierre Casiraghi. Ahora, el soufflé sigue en la carta del restaurante Coral Edén do Mar de Portugal.
Este postre es un ejemplo de cómo la comida puede ser un medio de consuelo y una experiencia especial. Carolina de Mónaco encontró en él un momento de relajación y paz en un momento difícil.