En el mundo de la belleza, una figura sobresale por su habilidad para transformar la piel, no solo a nivel estético sino también a través de una conexión profunda con el bienestar individual. Esta profesional, con un enfoque distintivo y una clientela de alto perfil, ha redefinido el concepto de cuidado facial, convirtiéndolo en una experiencia holística que va más allá de la aplicación de productos. Su método se basa en la comprensión de que la piel es un espejo del estado interno, influenciada por las emociones y el estilo de vida. A través de una combinación de conocimientos avanzados en anatomía, cosmética y técnicas manuales, logra resultados notables, devolviendo la luminosidad y la vitalidad a los rostros más conocidos del espectáculo.
Su trayectoria, marcada por una década en la gestión de spas de lujo, la llevó a buscar un contacto más directo y terapéutico con las personas. Esta transición no solo satisfizo su pasión por la transformación dérmica, sino que también le permitió impactar positivamente la autoestima y el estado emocional de sus clientes. Al desarrollar un enfoque personalizado, donde cada tratamiento se adapta a las necesidades específicas del momento, ha logrado construir una reputación inigualable, destacando la importancia de la constancia y la educación en el mantenimiento de una piel saludable. Su filosofía resalta que el verdadero cuidado de la piel es una inversión en la salud general y el bienestar.
María Casado, la célebre facialista, ha ganado reconocimiento por su singular método, la 'Piel de Alta Costura', que va más allá de las limpiezas y aplicaciones de cremas convencionales. Su visión se centra en una comprensión integral de la piel, viéndola como un reflejo directo del bienestar físico y emocional de una persona. Para Casado, ser facialista implica fusionar conocimientos de estética, anatomía facial, cosmética avanzada y técnicas holísticas, enfatizando la personalización como pilar fundamental de su trabajo. Esta aproximación le permite no solo tratar las preocupaciones superficiales, sino también abordar las causas subyacentes, creando una conexión genuina con sus clientes y educándolos sobre cómo el estilo de vida y las emociones se manifiestan en la piel.
El método 'Piel de Alta Costura' se distingue por su enfoque profundamente personalizado, donde cada sesión se adapta meticulosamente a las necesidades específicas de la piel en un momento dado, como antes de un evento de alfombra roja. Incluye un diagnóstico exhaustivo, una doble limpieza profunda, exfoliación química, extracciones si son necesarias, mascarillas e hidratación intensiva, culminando con el exclusivo masaje de alta costura. Este masaje combina maniobras profundas que trabajan la musculatura facial y movimientos superficiales que estimulan los nervios, promoviendo la relajación, mejorando la circulación sanguínea y linfática, y tonificando los músculos. El resultado es una piel revitalizada, tersa, luminosa y con una textura óptima. Casado subraya que la sensibilidad y la adaptabilidad del tacto humano son insustituibles, ofreciendo una conexión emocional y una capacidad de ajuste que la aparatología no puede replicar, transformando el cuidado de la piel en una experiencia holística y profundamente relajante que reduce el cortisol y mejora el bienestar general.
La trayectoria profesional de María Casado marca un cambio significativo de la dirección de spas en hoteles de lujo a convertirse en una facialista de renombre para celebridades. Esta evolución representó un giro hacia su verdadera pasión: el cuidado directo y transformador de la piel. Durante más de una década, sus responsabilidades la mantuvieron en un ámbito de gestión; sin embargo, anhelaba un contacto más humano y terapéutico. Fundar su propio centro en Madrid, Wellness Boutique, junto a su esposo, Romain Laquieze, le permitió reconectar con la esencia de su profesión y experimentar la gratificación de mejorar la vida de las personas a través del cuidado de su piel, su autoestima y su estado emocional. Sus extensos viajes y la exposición a diversas culturas ampliaron su perspectiva, llevándola a explorar técnicas como el masaje kobido y a profundizar en disciplinas como la medicina integrativa, la medicina china, la kinesiología, la dermocosmética y la suplementación, todo lo cual contribuyó al desarrollo de su método holístico.
El cuidado de la piel, según María Casado, es mucho más que una cuestión de vanidad; es un componente esencial de la salud general y el bienestar. Enfatiza que la piel, como el órgano más grande del cuerpo, desempeña funciones vitales como la protección contra agentes externos, la regulación térmica y la participación en el sistema inmunológico. Por lo tanto, el cuidado dérmico es una medida preventiva crucial contra problemas como el acné, la rosácea, las infecciones y el cáncer de piel, especialmente en un entorno urbano expuesto a la contaminación y al sol. Casado aconseja una rutina básica que incluya limpieza y equilibrio del pH, contorno de ojos, sérum con masaje facial, crema hidratante adecuada al tipo de piel y, fundamentalmente, protector solar. Destaca que la constancia y la paciencia son clave para obtener resultados visibles a largo plazo, y que el enfoque debe ser el de respetar y proteger el cuerpo, más allá de adherirse a estándares de belleza superficiales. Para ella, la piel es un mapa vivo que revela la historia del cuerpo, el estrés y los hábitos, y su cuidado consciente es una forma de honrar y proteger este reflejo interno.