La salsa de la Big Mac es una combinación única de ingredientes. Contiene 3 cucharadas soperas de mayonesa, que da un sabor cremoso y suave. Además, hay 2 pepinillos cortados en trozos pequeños, que aportan un toque picante. También se incluyen 2 cucharaditas de mostaza de Düsseldorf o una mostaza tradicional, que añade un sabor agridulce. Un poco de vinagre blanco brinda un toque ácido, mientras que una cucharada y media de paprika (o pimentón) da un color y un sabor intensos. Una cucharada de cebolla en polvo y una cucharada de ajo en polvo agregan un sabor profundo. Finalmente, la punta de una cuchara de pimienta blanca brinda un toque picante final.
Esta mezcla de ingredientes se une de manera perfecta para crear una salsa que complementa perfectamente la hamburguesa de la Big Mac. Cada ingrediente juega un papel importante en el sabor final de la salsa, y juntos forman un sabor único y delicioso.
La salsa de la Big Mac fue creada a finales de los 60 por el propietario de la franquicia, Jim Delligatti. Su objetivo era presentar una hamburguesa doble y triple pan, y la salsa se convirtió en un elemento esencial de la receta. La hamburguesa apareció en Estados Unidos en 1968, y desde entonces se ha ido mejorando la fórmula de la salsa. En 1991, la receta cambió, y en 2004, Fred Turner buscó y encontró la fórmula original en los archivos de McDonald’s. Hoy en día, miles de litros de esta salsa se sirven en todo el mundo diariamente.
Para elaborar la salsa de la Big Mac, se deben juntar todos los ingredientes en un bol y removerlos con una varilla hasta obtener una consistencia similar a la de una salsa. Esto es una tarea sencilla, pero requiere atención para asegurarse de que todos los ingredientes estén bien mezclados. Una vez que la salsa está lista, se puede utilizar para adornar las hamburguesas de la Big Mac o para acompañar otras comidas.
La salsa se ha convertido en un elemento clave de la experiencia de McDonald’s. Sus clientes lo aman por su sabor único y por la manera en que complementa la hamburguesa. Sin duda, la salsa de la Big Mac es un secreto que merece ser descubierto.