Para comenzar, ponemos en el fuego una cazuela con abundante agua, un poco de sal y vinagre. El vinagre ayuda a que la yema no se separe de la clara una vez cocidos. Aunque no sabemos la explicación científica detallada, nuestra abuela nos lo decía y es una práctica que seguimos.
Con mucho cuidado, introducimos los huevos de codorniz en el agua hirviendo. Debemos ser muy atentos para no romperlos, ya que son más delicados que los huevos de gallina.
El tiempo de cocción de los huevos de codorniz es de solo 5 minutos. En este tiempo, los huevos estarán listos y tendrán un sabor y consistencia perfectos. Es importante no overcocinarlos, ya que podrían secarse y perder su esencia.
Una vez que los huevos están cocidos, es hora de pelarlos. Usando unas tijeritas pequeñas, vamos quitando la cascara sin destrozar el huevo. Debemos ser muy precavidos, ya que sus tamaños son más pequeños.
Personalmente, he utilizado huevos de codorniz en recetas como huevos fritos para poner encima de una tosta o cocidos para acompañar ensaladas o aperitivos. Son perfectos para agregar un toque especial a nuestras comidas diarias.
Además, también puedes encontrar recetas más elaboradas, como codornices estofadas, que son un delicioso plato para fiestas o para disfrutar en cualquier momento.
El precio de los huevos de codorniz por docena es similar al de los de gallina, pero para tomar un huevo normal, necesitas mínimo 6 de codorniz, por lo que pueden resultar un poco más caros. Sin embargo, el sabor y los beneficios que ofrecen valen la pena.